Nuestras vidas como personas y como comunidades son integrales. Más aún, somos interdependientes unas de otras y somos dependientes de nuestro medio ambiente.
Si hablamos, por ejemplo, de transporte público, estamos mencionando cuestiones de movilidad, de contaminación, de accesibilidad, de diseño de la ciudad, de patriarcado, de cuidados, de salud, de cercanía o lejanía del trabajo, de acceso a la vivienda, de derechos, de precariedad, de exclusión, de diversidades…
En este contexto de globalidad e integralidad, y sin perder esa perspectiva, hemos distribuido nuestro trabajo en varias áreas para facilitarlo y organizarlo.